Para un fanático de los muertos vivientes como yo, que se ha tragado lo más granado del cine zombi, hablar de esta bebida es prácticamente una obligación. El cóctel zombi de hoy fue ideado por el dueño del restaurante Don The Beachcomber, situado en la costa oeste de Estados Unidos, al sur del país, muy cerquita de Los Ángeles.
Y el nombre del cóctel no surgió del azar o de un capricho. Fue tomado de la expresión que soltó la primera persona que lo ingirió, y que le había pedido al citado barman del bar estadounidense, un remedio eficaz contra la resaca. “Me siento como un zombi” reconoció el pobre hombre al ingerir la mezcla, plagada de ingredientes que van del ron al brandy, pasando por multitud de zumos e incluso jarabe de almendra… ¡Qué mejor contra la resaca que semejante pócima!
Lo cierto es que los guionistas de “The Walking Dead”, serie que durante los últimos tiempos ha hecho renacer de sus cenizas al género zombi, tal vez deberían plantearse la posibilidad de utilizar este cóctel para contaminar a los humanos que todavía no han sido infectados por el mal de los muertos vivientes. Sería más sencillo que esperar a que sean mordidos por la multitud zombi, y sobre todo, bastante menos desagradable para los espectadores.